subidón de temperatura.

 Es físicamente imposible que tus manos nunca se enfríen. Pero lo es. Mágicamente siempre me das calor.

Calor de calidez. Y calidez de cálido, y de calidad.

Siempre sabes cómo hacer para que yo vuelva a eje y esté a gusto. 

Estar a gusto. Disfrutar, relamerme entre el goce y el deleite de escucharte, mirarte y sentirte.



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