verde (viaje guiado activador de endorfinas)

Busca un lugar cómodo.

Relajate y empezá a respirar hondo.

Respiración lenta, profunda y silenciosa

Concentrate unos minutos en tu respiración. Dejate llevar por ella. No fuerces nada.

Relaja los pies, la mandíbula, el cuello, la piel.

Dejate llevar por la gravedad

Cerra los ojos, sé consciente de tu respiración y ahora si déjate llevar……

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Abrís los ojos y ves como si fuese salida de un cuadro una gran postal de pinos verde intenso, de corteza ruda, áspera. El cielo gris y el aroma a petricor.

Las plantas de menta bailan junto al primer rocío de la mañana y la tierra mojada se pierde entre la niebla.

Tu cuerpo casi desmayado de placer se balancea en la hamaca paraguaya. Golpizas de viento fresco y puro en todas partes haciendo que acurruques tus piernas con el pantalón cómodo de pijama y guardes las manos adentro de los puños del suéter.

A la música la da una orquesta de grillitos y todavía se pueden ver las ultimas luciérnagas llenas de insomnio.

Y como por arte de magia, esa persona que te falta para estar completo te toca el hombro de forma muy suave y te da sutilmente una taza de chocolate caliente, tan dulce y tibio, que, sin querer, sonreís. 

Seguís balanceándote en la hamaca.

Esa persona se sienta en las escaleras de madera, a tu lado y ambos al mismo tiempo tararean la misma canción (esa canción).

Es como si las agujas de tu reloj de mano se pararan.

Respiras hondo, el aire renueva cada parte de vos. y quedas tildado observando el inmenso bosque.

Tu alma esta danzando, empiezan a caer las primeras gotas.

Y se podría decir que al fin sos feliz.




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