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Mostrando entradas de abril, 2021

llorar de tristeza.

 Normalicemos estar tristes y llorar. Esta bien estar mal. 

carta de amor a aleida march.

Amor:  Ha llegado el momento de enviarte un adiós que sabe a campo santo (a hojarasca, a algo lejano y en desuso, cuando menos). Quisiera hacerlo con esas cifras que no llegan al margen y suelen llamarse poesía, pero fracasé; tengo tantas cosas íntimas para tu oído que ya la palabra se hace carcelero, cuanto más esos algoritmos esquivos que se solazan en quebrar mi onda. No sirvo para el noble oficio de poeta. No es que no tenga cosas dulces. Si supieras las que hay arremolinadas en mi interior. ¡Pero es tan largo, ensortijado y estrecho el caracol que las contiene, que salen cansadas del viaje, malhumoradas, esquivas, y las más dulces son tan frágiles! Quedan trizadas en el trayecto, vibraciones dispersas, nada más.Carezco de conductor, tendría que desintegrarme para decírtelo de una vez. Utilicemos las palabras con un sentido cotidiano y fotografiemos el instante. Se acabaron los cantos de sirena y los combates interiores; se levanta la cinta para mi última carrera. La velocidad ...

tunga tunga.

inspiración: https://www.youtube.com/watch?v=EFrKQV2heIY (leonor marzano)  En la ventana de una casita perdida en algún pueblo cordobés, casi como una postal, se encontraba la primera mujer que con la mano izquierda abierta de octava a octava tocaba un acorde de piano intentando imitar los tonos de un antiguo contrabajo, que junto al paso doble comenzaron a abrir camino hacia la consagración revolucionaria del género talismán de todos los cordobeses. Acordeones, tarantela y violín junto a un piano saltarín suenan como la banda sonora de una película hasta el día de hoy por cada rincón de la ciudad, manteniendo latente la icónica cultura de “La leo”.

alteraciones cadavéricas.

De chico amaba jugar al cadáver exquisito, solo porque el nombre del juego era cadáver. Siempre me intereso lo mortuorio, lo misterioso y sobrenatural si se quiere. Desde que morís hasta que desapareces el cuerpo va experimentando una serie de sensaciones que desembocan en el profundo y sombrío olvido. Hablando de eso, una vez leí un libro, en donde uno de los personajes decía que no le tenía miedo a la muerte, porque cuando alguien muere te da la posibilidad de hacer que su huella siga latente en el mundo de los vivos. A lo que si le tenía miedo es al olvido, a morir y no haber inspirado a nadie, entonces así desvanecerse y no dejar ningún rastro.  No se puede morir relajado (rigor mortis), al morir hay un cambio químico, entumecimiento, el cuerpo se paraliza, los músculos se contraen hasta hacerlos explotar. La sangre cae, se acumula en la base corporal haciendo peso intentado que el alma no se le escape; y así es como comienza una nueva transición (livor pos mortem).  El tr...